Ramón

Perdón y soledad

Perdón por los silencios culpables de los que venidos de otros lugares de España con la escusa de integrarnos en esta tierra y pensando que debíamos algo, llevamos a nuestros hijos a Ikastolas donde con el idioma en muchas ocasiones se les aleccionaba con odio hacia el que no pensaba como ellos.

Al final muchos de nuestros hijos no se identifican nada con el origen de sus padres y han quedado atados a la maraña separadora.

Soledad la que hemos padecido y padecemos en estos pueblos donde lejos de desaparecer el odio continua marcando la vida hacia  los que no somos separadores, pero nadie nos representa ni nos saca de este miedo.

Posted on 6 febrero, 2019 in Carta

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