EL OBELISCO
“Es invierno cuando dormido de repente me despertaba un susurro en voz grave y solemne pero baja. Me hablaba convincente al oído y me preguntaba “¿quieres saber cómo es el buzón de Joseba Pagaza?”.
“Búscalo en tu imaginación que desde niño tienes labrada”. Miré a un lado y a otro buscando la fuente sonora. Solo estaba a mi lado, en la cama, mi señora. Me levanté del lecho notaba un fuerte palpitar en mi pecho.
Es hora de levantar, ponerse en camino y empezar a andar. Encapotado está el cielo y parece un velo que dejará traslucida la llama que encienda la vela de la mañana. El sol en su renacer me indicará donde está la mar en mi ciudad, soy nativo de levante, soy meridional. Imagino un obelisco coronado por el piramidión que sustenta el pebetero que contiene la flama de la digna aspiración a la valentía y la libertad. Prometeo la liberó robándosela a Hefesto y Atenea y también la sabiduría de las artes para que se ponga de parte de Joseba Pagaza.
No debe apagarse la llama hay que mantener vivo el fuego que de eso sabemos los meridionales valencianos. Con el fuego todos los males quemamos, a lo malo le damos caza. Tenemos nuestras antorchas ardientes que en tiempo del rey Jaume se colocaban en alto de unas torres para iluminar el camino. Del latín ‘facfulla’ y su diminutivo ‘fax’ nació el sinónimo de antorcha designado “falla”. En mi imaginario el buzón de Joseba es un obelisco con su piramidión en la cumbre sosteniendo el pebetero contenedor y reflector del fuego iluminador del camino más digno que ha de seguir el ser humano de honor en busca de su libertad. Sin callarse expresa moderadamente sin ofensas a los demás lo que piensa. Mientras Atón refleja sur rayos pétreos convertidos en pilar trapezoidal.
La pequeña pirámide de la cúspide sirve para reflejar los brazos del disco solar. Todo el cielo se ha de iluminar a viva llama pide la soflama más libertad, menos intransigencia, más dignidad. No son las victimas opresores, son oprimidos y mártires las familias que han perdido a algún ser querido.
El buzón de Joseba tiene forma de obelisco es trapezoidal, convergente acaba todo lo pétreo en punta piramidal.
El pilar sostiene un pebetero áureo donde está la llama de su recuerdo. El fuego necesitando avivar la llama pide ayuda. Se aprestan a ello letras, letras que forman palabras las cuáles construyen cartas que, arrimadas a las ascuas, vivamente purifiquen esa flama, construida de buenos deseos que no han de ser etéreos ni fugaces. Son para el recuerdo de Joseba, víctima del crimen de ETA y sus secuaces. Sea para bien el mantener ardiente el fuego para que lo malo del pasado sea quemado en el presente.”
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