Tomás y Valiente
En 1996 yo era estudiante de derecho en la Universidad Autónoma de Madrid.
El día que asesinaron a Francisco Tomás y Valiente habíamos hecho pellas de la clase de derecho Civil. Estábamos esperando el ascensor cuando pasó un profesor corriendo, del que recuerdo la cara pero no recuerdo su nombre ni el departamento al que pertenecía. Ese profesor agarró del brazo a una de mis amigas para no escurrirse y ella se sorprendió y lo comentó.
Al momento se abrió el ascensor y nos encontramos con que estaba sucio de lo que después supimos que era sangre.
Acababan de matar a Francisco Tomás y Valiente. Sus compañeros habían intentado salvarle la vida bajándole en el ascensor hasta el garaje.
Recuerdo una furgoneta donde el juez Garzón habló con los testigos. Recuerdo cuanto le admirábamos entonces. Recuerdo la manifestación del día siguiente, con las manos pintadas de blanco.
Recuerdo. Recuerdo. Recuerdo.
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