Fracisco Molina

Nuestras bandera, nuestro patrimonio

Hola Joseba,

Te escribo desde una esquina de Andalucía, no sé si la visitaste pero poco se parece al paisaje  vasco que te vio partir, por el que sí he estado en alguna ocasión; supongo que tampoco podría añadir mucho más a lo que tus familiares, amigos y vecinos que te conocieron te habrán dicho ya. Pero sí hay algo que me une a ti en la distancia y que otros muchos vascos, catalanes, andaluces,…ilustres o anónimos, ayudaron a construir juntos, España, nuestra nación simbolizada hoy en nuestra bandera constitucional.

No sé si tus ideas políticas te acercaban en alguna medida a creer en las Autonomías, o si te sentías más vasco que español o al revés…no sé, pero he leído que eras policía y yo en algún momento quise serlo, y en alguna medida lo fui; también juré bandera junto a otros vascos como tú, a los que me sentí tan unido como a cualquier vecino de mi pueblo de Graná, como decimos por aquí. Allí, en el cuartel, hice amistad con un paisano tuyo, de apellido Arandigoyen y, es curioso, no recuerdo el nombre o apellidos de nuestro capitán pero sí el suyo y que a la cerveza la llamáis garargadoa.

Como te decía, me une a ti mi disposición al servicio a nuestra sociedad. Creo que un policía solo tiene una meta, ayudar, y solo tiene un límite, la ley y la propia vida que debe preservar, aunque tenga asumido, más que la mayoría, seguro, que puede perderla en cualquier momento. Ese ánimo, trabajar ayudando a tus vecinos dentro del respeto a la ley, me arriesgo a suponer que es lo que más fastidiaba a tus asesinos; también creo que, a la par de su falta de respeto al que no piensa como ellos, les dominó su odio a esa idea de España y legalidad que antes te comentaba.

Por esto, me he propuesto poner en evidencia el hecho de que la bandera de España no está junto a la Vasca en los actos oficiales de tu Comunidad Autónoma, contradiciendo a nuestra Constitución de 1978 en su artículo 4. Como policía que fuiste, creo que te gustaría verlas juntas, ya no tanto por ver cumplida la legalidad como por la esperanza de que se pongan de una vez los cimientos sinceros de la paz y convivencia que propone el Lehendakari, las cuales no pueden venir dadas si no es desde el respeto a todos desde la ley que nos hemos dado.

Sé que a algunos podrá sonar ridículo pensar que te hable de banderas, ésos no saben que a ti, si puedes de alguna manera leer esta carta, ya solo te sirven los sentimientos, que es lo que convierte a un simple trozo de tela en un símbolo de unión y esperanza en un proyecto común. Algunos enarbolan solo una, la Ikurriña como aquí la Andaluza, pero sus mástiles solitarios hablan de separación y yo solo puedo desearnos concordia.

Quizás algún día nos saludemos, como quiera que sea cuando también yo haya partido, y veamos juntos cómo las banderas que un día recibimos y luego dejamos en patrimonio a nuestros herederos, constitucional, vasca, catalana, andaluza,… también nos saludan juntas desde una España que ha aprendido a convivir respetándose en la diferencia.

Hasta pronto, Joseba, aunque tampoco hay prisa, que tenemos toda una eternidad para disfrutar charlando con alguna buena garagardoa, o lo que sea que haya o se haga por ahí.

Un abrazo,
Paco.

Posted on 2 marzo, 2016 in Carta

Compartir la carta

Back to Top