En recuerdo de Joseba Pagaza
Nunca se me ha borrado de la memoria una frase oída en clase, cuando cursaba el bachillerato. El profesor de literatura nos leyó una frase que decía: “Nadie muere mientras se pronuncie su nombre con admiración”. O lo que es lo mismo, a las gentes de bien sólo las mata el silencio. Creo que se refería a Lincoln, el nombre de cuyo asesino ya sólo conocen los historiadores.
Eso nos reúne hoy aquí y aunque no he podido acercarme personalmente, me gustaría estar con vosotros y repetir, como cada año, el nombre de Joseba Pagaza. Mientras mantengamos su nombre en este mundo seguirá vivo entre nosotros.
Porque es una doble reunión. Nosotros le mantenemos presente para que no desaparezca en el silencio, pero nuestra presencia en el mundo sólo tiene un sentido: alabar a los grandes hombres de antaño, como decía el poeta. De no ser porque hay gente como Joseba, no tendría ningún sentido pertenecer a la especie humana.
Así que, gracias, Joseba, por mantener nuestras vidas con dignidad.
Félix de Azúa