Recuerdo vívido y aprendizaje de lo que ocurrió no hace tanto. Siguen los mismos, pensando lo mismo. Los que agitan el árbol y los que aprovechan la colecta. Sociedad vasca dormida, aburguesada, quizá cansada. Pero indigna echando esos «pelillos a la mar»…
Yo no perdono ni olvido la hostilidad contra mi patria, inculcada tras generaciones, incluso por personas que nunca hubiera imaginado
Comments are closed.