Aunque soy muy joven he vivido ETA, y el miedo, y recuerdo preguntarle a mi madre porque se revisaba el bajo de los coches y a ella explicándomelo. Recuerdo a una compañera de clase ensalzado a la banda y a otro que se levantaba llorando porque su padre, un politico socialista, estaba amenazado. Fundamentalmente recuerdo el silencio estructural al que hemos sido sometidos, o al que nos han querido someter.
Gracias Joseba, gracias Maite, a toda la familia y a los demas como ellos por no dejar que nos callen. Por ser valientes. Esto no debe caer en el olvido.
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