¿Todos fuimos Joseba?
En cualquier lugar del mundo civilizado, el asesinato de Joseba y de tantos y tantos inocentes antes y después que él, hubiera provocado una respuesta similar a la que provocó recientemente en Paris el salvaje atentado contra un semanario satírico. Allí, todos «..fueron Charlie» aquí, mientras unos pronunciaban aquel inhumano»algo habrá hecho» o directamente se alegraban del crimen, otros acobardados por un ambiente absolutamente hostil a los opuestos al régimen nacionalista imperante, miramos para otro lado tragándonos el oprobio y la vergüenza de no saber responder a semejante humillación.
Hoy cuando la violencia criminal de ETA y sus acólitos parece haber terminado y aunque la propaganda nacionalista intente «tergiversar» la historia y colocarse de un modo equidistante ante aquel tiempo de ignomínia, proteger la memoria de las víctimas y evitar que sean definitivamente enterradas bajo la peor de las losas, el olvido, ha de ser el objetivo irrenunciable.
Un abrazo
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