Ana De Francisco

Aquel 8 de febrero de 2003 lo tengo muy claro en mi mente, era sábado, un día frio en lo personal y atmosféricamente hablando aunque había unos débiles rayos de sol.

Estaba a 20 km de Andoain en la residencia acompañando a mi tio que había sufrido un ictus, teníamos puesta la radio porque era un ejercicio que teníamos que hacer para su recuperación y oímos la noticia. A pesar de no poder hablar, la cara de mi tio reflejó el dolor y la rabia que sentía en ese momento.

Vi llegar la ambulancia que traía a Joxeba y sentí mucho frio, un frio que aún hoy me recorre el cuerpo cuando pienso no sólo en él, también en tantos otros que ya no están, también en sus familias que siguen con su dignidad intacta y que deberían ser un ejemplo para todos.

Allá donde esté Joxeba estará muy orgulloso de su familia, de su mujer, su gran mujer, de Pilar esa señora toda sufrimiento y dignidad, de su querido hermano para el que la vida nunca volvió a ser la misma y de tí mi querida Maite, íntegra, luchadora, incansable.

Mañana no estaré en la plaza de Andoain esa que tanto me gusta, mañana será otra vez 8 de febrero un día frío muy frío como hace 12 años, pero será cálido de espíritu por tantos que estarán presentes allí y tantos que estaremos presentes de corazón.

Gracias Joxeba por tu lucha, por conseguirnos un pedazo de libertad para todos, allá donde estés seguro que sigues en ello.

Posted on 9 febrero, 2015 in Carta

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